sábado, 13 de febrero de 2010

Yasuní-ITT vs. Mayores Ingresos para el Estado

El 22 de septiembre de 2007, el Primer Mandatario, Rafael Correa, presentó ante el Foro de Presidentes sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas (ONU) la decisión de mantener el crudo del bloque Ishpingo-Taqmbococha-Tiputini (ITT) indefinidamente bajo tierra, si la comunidad internacional contribuye con al menos la mitad de las utilidades que recibiría el Estado en el caso de explotar ese crudo.

Se trata de una iniciativa que plantea el compromiso de no explotar 846 millones de barriles de reservas probadas, y 1,530 millones por comprobar de crudo pesado. Esto, con el objetivo de evitar la emisión de 407 millones de toneladas métricas de Dióxido de Carbono (CO2) provenientes de la quema de combustibles fósiles y garantizar la conservación de lo que la ONU ha llamado la zona más biodiversa del planeta.

En ese sentido, la propuesta consiste en que a cambio de los USD 6,979 millones en los que están valorados los beneficios por la explotación del bloque ITT, se reciban aportes internacionales que conformarán un fondo de capital administrado por un fideicomiso internacional. En lo referente al capital de la contribución internacional, debe alcanzar, como mínimo, la mitad de los beneficios que recibiría el Ecuador en caso de explotar el petróleo del campo Yasuní-ITT, es decir, USD 3,486.50 millones al menos. Cabe recalcar, que en estas transacciones, el Estado ecuatoriano entregará los Certificados de Garantía Yasuní (CCG) por el valor nominal de las compensaciones. Adicionalmente, la propuesta prevé que el capital del fondo sea invertido en acciones preferentes de renta fija para la expansión en la generación renovable de energía en Ecuador de tal manera que se supere la dependencia de combustibles fósiles que al momento representa el 47% de la generación total.

No obstante, el pasado 9 de enero, el Presidente anunció que de no definirse hasta junio las negociaciones y las condiciones del fideicomiso para el desarrollo del proyecto que estaría a cargo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), empezaría la explotación en ese mismo mes. Lo anterior, debido principalmente a que dentro de las condiciones del fideicomiso el PNUD sería el administrador de los fondos, además de que se basan en donaciones y no contribuciones, alegando que no quiere caridad de nadie sino que le paguen la generación de valor perdida.

Es así, que las negociaciones para el fideicomiso Yasuní-ITT están en su punto más crítico y el Plan B, explotar el ITT, planificado por el Gobierno desde inicios del 2007 y, así obtener insumos para la Refinería del Pacífico, parece ser la opción con mayores probabilidades. Indicando las intenciones originales de extraer los recursos para solventar el gasto estatal. Sin embargo, este plan tiene el problema de ser inconstitucional, debido a que sólo podría ejecutarse si el Presidente lo requiere y la Asamblea lo declara de interés nacional1. Pero teniendo en cuenta que el partido de Gobierno posee la mayoría, la explotación es prácticamente un hecho.

Finalmente, si la disputa originada es debido al impacto ambiental que se podría originar por la explotación, hay que recordar en la actualidad existe la tecnología necesaria para que éstos sean reducidos al más mínimo. Por lo que si finalmente se decide explotar el ITT, lo realmente importante es el uso que se le darán a estos recursos; es decir, si serán utilizados para continuar sustentando los subsidios, subvenciones, transferencias, etc. o se los destinará efectivamente al desarrollo e impulso económico del país.



Análisis de Coyuntura Económica publicado por la Fundación Ecuador Libre el 27 de enero de 2010 - ACE No. 148 " Yasuní-ITT vs. Mayores Ingresos para el Estado " (www.ecuadorlibre.com)

Inversión Social del Gobierno, ¿más es mejor?

Cumplidos tres años del Gobierno de la Revolución Ciudadana, este se ha encargado de difundir a través de los diferentes medios cuadros comparativos de los gastos en Inversión Social correspondientes a su gestión en relación a las anteriores. Es así, que se comparan cifras de los diferentes ámbitos sociales como lo son créditos para el desarrollo, bienestar social, bono del desarrollo humano, salud, obras públicas, educación, entre otras.

El objetivo de los anuncios es demostrar que la actual gestión ha invertido mucho más en lo social que los tres últimos gobiernos y en algunos casos más que todos ellos juntos inclusive. Sin embargo, todas las comparaciones son realizadas a precios corrientes, es decir, según datos y estadísticas calculadas en las gestiones de cada gobierno, lo que hace que las comparaciones no sean viables ni correctas. Lo anterior, debido principalmente a que el dinero en el tiempo no vale lo mismo a causa de los efectos de la inflación. En pocas palabras, un dólar del año 2000 en el que gobernó el Ab. Gustavo Noboa no valía lo mismo que un dólar el día de hoy. Es por eso que las comparaciones carecen de sentido a menos que se utilicen precios constantes o se expresen en unidades de un determinado bien como barriles de petróleo por ejemplo.

Entre los valores presentados por el Presidente durante el informe de sus tres primeros años de Gobierno tenemos: en Educación, USD 3,732 millones; Créditos para el Desarrollo, USD 4,987 millones; Bienestar Social, USD 1,837 millones; Bono del Desarrollo, USD 1,364 millones; entre otros. Todos estos valores expresados en dólares corrientes, es decir, cifras nominales.

No obstante, tomando la perspectiva real, si expresamos las cifras correspondientes a cada gobierno en número de barriles de petróleo utilizando el precio promedio del mismo durante cada gestión, podremos obtener cifras más veraces y comparativas. En ese sentido, tenemos por ejemplo que en Educación la inversión realizada por la actual gestión, 53,147 miles de barriles, no supera la del Gobierno de Lucio Gutiérrez, 55,390 miles de barriles; en Bienestar Social, sucede los mismo, la inversión actual, representada por 26 millones de barriles es superada por los 28 millones de Mahuad y Noboa; y así con otras cifras.

En cuanto al Bono de Desarrollo Humano, se observa un caso muy particular. Y es que, si bien es cierto el gasto en éste sí es superior al de los demás gobiernos en términos reales, indica un elevado aumento de la dependencia estatal de los beneficiados de esta transferencia. Es así, que desde el periodo Mahuad/Noboa este rubro había venido decreciendo hasta el mandato de Alfredo Palacio, sin embargo se triplicó para el Gobierno de Rafael Correa.

Adicionalmente, se debe considerar que los ingresos que ha obtenido el actual Gobierno debido a los altos precios del petróleo durante el 2008 lo ponen en una situación de ventaja ante los otros periodos. De cualquier modo, el excesivo, creciente y gran gasto social del cual la actual administración se jacta, no debería ser causa de orgullo. Lo anterior, si consideramos que una mayor inversión social representa una cada vez mayor dependencia del Estado de los ciudadanos, su incapacidad para proveer a sus familias de salud, vivienda y educación digna y por ende mayor pobreza y un cada vez menor bienestar.

Es así, que el Gobierno debería enfocar su gasto en la generación de bienestar y las condiciones económicas y jurídicas adecuadas para que sus mandantes accedan a todos estos servicios por sus propios medios mas no por lo que pueda o no darle el Estado.

Análisis de Coyuntura Económica publicado por la Fundación Ecuador Libre el 6 de febrero de 2010 - ACE No. 149 "Inversión Social del Gobierno, ¿más es mejor?" (www.ecuadorlibre.com)